Novelista y autora teatral, nace como escritora de forma casi accidental cuando, tras estudiar detenidamente todo lo ocurrido en el Londres victoriano de 1888, siente la necesidad de transmitir al resto de los mortales sunopinión personal sobre ese tremendo engaño que fue la supuesta existencia de Jack el Destripador. No es que sostenga que no existieron los asesinatos que se le han atribuido, de eso no cabe duda alguna, sino que vio en ellos la mano de ciertas instituciones muy poderosas, que buscaron un personaje ficticio, para que fuera él quien cargara con unos crímenes que esas mismas instituciones estaban ejecutando, en defensa de sus propios intereses. Así nació su primer libro: “Las siete caras de el Destripador”.
¿Sería atrevido decir que, como escritora, le debe la existencia al famoso asesino? Atrevido no sé, pero paradójico claro que lo es.
Y tras esa aventura de entrar en el mundo literario de la mano del terrorífico Destripador, vinieron otros proyectos, tales como tratar de introducir a sus lectores en el misterio que rodea la presencia de un fantasma en el Palacio de Linares de Madrid que, en su opinión, y en el caso de existir tal fantasma, se trataría del espíritu de los propios marqueses de Linares quienes, a lo largo de toda su vida, lo único que tuvieron fue dinero. De ellos podría decirse que fueron tan pobres que solo tuvieron dinero. Y en esa vida tan plagada de desgracias nos introduce Paz Mancebo en su libro “Génesis de un fantasma”.
Por último, se ha atrevido a adentrarse en los secretos que encierra esa obra tan emblemática de nuestra cultura, esa pequeña joya que acabó dando nacimiento a un género nuevo, y muy español, que es la “novela picaresca”. Me estoy refiriendo a un personaje tan querido por todos nosotros, que me atrevería a decir que es el más querido de todos, Lázaro de Tormes, al que la autora presenta ya adulto, sufriendo las consecuencias de haber tenido una infancia tan traumática. ¿Iba a librarse él de lo que no nos libramos el resto de los humanos? La infancia nos marca para el resto de nuestras vidas, tanto para bien como para mal, y así nos presenta en su obra: “La última travesura del Lazarillo” al personaje en su madurez, a la vez que trata de dar luz a los verdaderos motivos que originaron el nacimiento del libro original, libro que el autor no pudo firmar, renunciando a la fuerza de la gloria y el reconocimiento internacional que se merecía.